domingo, 14 de marzo de 2010

Me llamo Pan, Peter Pan

Nunca fui de esos niños que querían crecer.
Todo el mundo estaba ansioso por poder hacer las cosas que hacían los mayores y yo sin embargo sabía que ganaría unas cosas y que perdería otras y que no tenía muy claro si me salía la cosa a cuenta.
Los mayores siempre parecían tener una cantidad de problemas alucinantes a la par que incomprensibles...
Soñé durante años que Peter Pan venía a buscarme y yo no tenía que pasar por el rollo ese de crecer. Nada de problemas raros de esos, solo jugar todo el día con los niños perdidos que me parecían unos chavales de lo más enrrollado.

Con los años, he ido descubriendo que resulta que tampoco es tan malo, cada edad tiene su gracia y yo creo que no me perdería ni uno de los años que he vivido, ni ninguna de las experiencias por las que he pasado, aunque duelan.
Parece que no, pero lo de los años se nota. Cambias, evolucionas...

Lo mejor de crecer supongo que es, que cada vez hay cosas que las tienes más claras. Tu cabeza va dejando de ser una maraña desordenada en la que no te aclaras ni tú. Aunque te salgan dudas nuevas, las viejas ya no son un misterio tan grande y cuando sufres daño, es porque deliberandamente te has expuesto entera enterita para que te lo hagan, porque sabes, que en todo aquello que no te das del todo, tampoco lo disfrutas del todo. Has perdido también gran parte de esa vergüenza (si es que tenías de eso anteriormente... que en mi caso poca había para perder) y eso sí, descubres que lo del orgullo que tan importante te parecía en su momento y por el que has cometido tantos errores, es un bien sobrevalorado.

Te permites muchas más licencias, te dejas vivir y dejas vivir un poco más a los demás. Alucinas al descubrir que no pasa nada por ser humano de vez en cuando, que no pasa nada por reconocer que necesitas una mano, que estás triste, que no puedes solo... como dice Fito, es un poco más el rollo de 'puedo escribir y no disimular, es la ventaja de irse haciendo viejo'...

Aprendes, en una palabra, a ser más fiel a ti mismo.
No tienes que fingir nada y no te sientes más débil por eso. Te sientes por el contrario mucho más fuerte. Puedes llorar, puedes gritar, puedes reconocerte que estás jodido, aunque sabes que tienes los recursos ahí dentro para arreglarlo. Te costará un día, un mes, un año, pero sabes que puedes, que todo lo que sabes sigue ahí y que cuando tu corazón y tu cabeza te lo permita, usarás todos esos recursos que has ido recopilando con la edad. Da igual si el problema es de trabajo, de salud, de dinero, de amor, lo superarás, y si mientras tanto tienes que sufrir, pues mala suerte.

Puede que lo problemas, cada año que pasa sean más grandes que los que tenías antes, pero cada vez eres también mucho más sabio. Al final todo es cuestión de actitud. La vida está llena de baches, los tienes y los tendrás, y todo depende de cómo te lo tomes. Puedes pensar que tu vida está jodida para siempre, o que podrás con ello, disfrutarás de las ventajas de libertad, de independencia, de experiencias, de tantas cosas que vas ganando con los años.

Sin embargo, igual que pensaba cuando solo era un renacuajo, las desgracias cuanto más tarde mejor, así que sigo sin tener excesiva prisa en terminar de crecer del todo. No tendría mayor problema en irme a dar una vuelta con Peter de vez en cuando.
Pero esta vez sí quiero volver. Estoy deseando saber cuales serán las próximas ventajas del rollo este de crecer, y en cómo reaccionará esta cabecita ante los siguientes zafarranchos... cómo siempre, a pecho descubierto, hay que ver cuánto más se disfruta así de todo y qué poco talento...

2 comentarios:

  1. Hay que vivir de todo en esta vida para poder conocerte a ti mismo. Todo lo que te ocurre a lo largo de la vida te enseña algo y siempre hay algo positivo que sacar de ello, aunque sea sólo la experiencia en sí misma.

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  2. Sisi, pero como dice el Gran Fito... 'hay cosas que es mejor no aprender...' :(

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